Seguir instrucciones
repetir consignas
aceptar preceptos.
No pensar, a menos que sea como vos
no opinar, a menos que coincidamos
no desear, a menos que vos tengás ganas.
En efecto
no es relación
somos tan solo
un par de monólogos.
Seguir instrucciones
repetir consignas
aceptar preceptos.
No pensar, a menos que sea como vos
no opinar, a menos que coincidamos
no desear, a menos que vos tengás ganas.
En efecto
no es relación
somos tan solo
un par de monólogos.
Cinco años regándolo
y nada.
Muy tarde descubrió
que era inútil,
carecía de sistema
para absorver el agua.
Era un palo de mierda
sin raiz
sin alma.
Demasiado
necia
gorda
compulsiva
Demasiado
inquieta
irreverente
obsesiva
Demasiado
siempre fue demasiado
y aún así
nunca ha sido suficiente
Extirparme la amígdala
o todo el sistema límbico
el lóbulo frontal talvez?
Te irías vos entonces?
No lo haré,
ni las arrugás
ni la grasa
ni nada.
Inevitablemente estas en mi
seguirás aquí
ya no tiene sentido
pelear contra eso.
Fluir, la única forma
de sobrevivencia.
Encandilada
veo lo que imagino
Imagino todo
Te vas
te la llevás
Oscuridad circundante
impenetrable
eterna
Quiero que me coja un indio
y que cual legrado,
raspe y aparte de mi
toda remanencia
de ineficiencia
de deficiencia
de pequeñez
de hombre blanco.
Inmovil, debía ponerle título al último cuadro
de su próxima exposición.
Inmóvil, pensó:
gordainutilinsatisfechafeasolamarchitaysinamor.
Demasiado descriptivo, demasiada explicación.
Inmóvil, no se le ocurría otra cosa,
o quizá le podía llamar simplemente dolor.
Inmóvil para siempre quedó al darse cuenta
que no era cuadro,
sino el reflejo,
de su cuerpo en un viejo colchón.
Franela retazo de colchita de bebé
Franela camisa a cuadros vieja
Franela en cama recien acabada de deshacer.
Franela calmante
Franela continente
Franela entre tu colchón y mi piel.
Franela acogedora
Franela que acaricia
Franela placer.
Vos a cinco metros de distancia,
más lejano que nunca,
enredado en la red más grande del mundo.
Yo a cinco metros de vos,
enredada en la de mis sesos,
telaraña impenetrable.
Extiendo mi mano y mis dedos,
te alcanzo,
sonríes
y sigues chateando.
Esperanza torna sus alas en cuchillas de fuego.
Sangra, corta, duele, quema,
tiembla y vuelve a emprender el vuelo.
Esperanza en agonía, se niega a morir de nuevo.
Se revuelca, da un suspiro, regresa a agarrar aliento.
Esperanza ya no sigás, muérete de una vez por dentro,
desaparece, esfúmate, dejame vivir de nuevo.
Cortas el flujo de savia hacia mi cuepo,
cual hoja otoñal me seco.
No te basta,
pisas la hoja con tu bota de hierro.
Me vuelvo polvo,
estornudas,
desaparezco.
Debo aferrarme a lo concreto,
al dato duro,
a la evidencia verificable.
Para no perderme en la mentira,
que invento cada noche entre tus piernas.