Obscuridad absoluta,
ceguera voluntaria,
aferrada al alambre espigado
que duele, corta, lastima, hiere
pero libera del infernal abismo.
La piel llagada cede,
el músculo se revienta,
los huesos sin fricción
dejan de sujetar, sin desearlo,
el salvavidas horrendo.
Cae,
a medio metro: el suelo
tierra húmeda, fresca y aliviante.
Abre los ojos sellados por años.
La luz,
el suelo firme,
la ternura,
esperando desde siempre.
La vida allí,
paciente, preparada para bienvenirla
a medio metro del dolor y el miedo.
3 de noviembre 2011
miércoles, 7 de agosto de 2013
viernes, 2 de agosto de 2013
NADA ES SEGURO
Mi esencia te ama y eso hace años dejó de tener la inconsistencia de un capricho. Aún no he decidido renunciar a vos cual rola de José José, a lo que renuncié fue a mis maneras de quererte disfrutar. Resignada estoy a tus formas de fluir y aún así, no me siento derrotada, no me doy por vencida, cada día me renuevo, caigo, me levanto, crezco, retrocedo, avanzo. Nada es seguro amor, ni este deseo desbordado, que contra todo pronóstico, se sigue saliendo por los poros de mi cuerpo, cada vez que aparecés y aún cuando estas ausente. Ni el incondicional darme para tu bienestar, a costa de mi suerte. Nada es seguro amor, solo la muerte.
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