Te lo advertí tantas veces
que ya me tenés cansado
pero otra vez, como siempre,
hacés lo que no está indicado.
Es que de verdad te digo:
ya no las hacen como antes.
Te repetí tantas veces:
dejá de molestar tanto.
Si te lo dejé bien claro:
yo hago lo que a mi me plazca
y vos te me vas callando.
Ahora insisto, sos ejemplo
de que ya no las hacen como antes.
Hasta te veo más vieja,
más rebelde, menos quieta
y tu piel ya no es tan tersa
estás fea y mal cuidada.
Se supone que sos instruida
y que leés por las noches,
yo no entiendo cómo entonces
nunca te quedó bien claro
que simplemente no te amo.
Me entretenés a veces
y disfruto tus caricias,
pero cocinás muy malo
y tu voz siempre me irrita.
Es que en verdad no me canso
de repetirlo mil veces:
ya no las hacen como antes.
Mirá, mi mamá, una santa,
jamás alegó de nada
cocinaba, lavaba, planchaba
y jamás se molestaba
con mi padre y sus amantes.
Siento mucho las patadas
que tuve que darte anoche
pero es que ya no sé cómo
hacerte entender un día
que extraño mucho a las de antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario